Opiniones

Opiniones

Miércoles, 16 de abril de 2025. Sí, hoy no es martes. Estamos en Semana Santa y estos días estoy de vacaciones. Por ello el blog se adapta a mi vida y no al revés. Ayer estuve por la mañana en el zoo, por lo que la actualización la pasé a hoy. Es una explicación, no una justificación. Porque, como he dicho, el blog se adapta a mi vida. A veces tenemos la tentación de hacer justo lo contrario. La vida no puede adaptarse a las redes sociales, al menos no la mía. Que sí, que está muy bien la periodicidad, saber los horarios, las métricas y demás. Pero, salvo que me dedicara a ello profesionalmente, y por ahora no es el caso, las redes sociales son una parte más, no lo prioritario en mi vida. Puedo perder lectores y seguidores. Me parece correcto, tienen su vida. Si tuviera que adaptarme a los gustos de los que me siguen, creo que me volvería loca. Así que, como prefiero la cordura, publico hoy y sin cargo de conciencia. Si bajan las lecturas, pues ya subirán.

Días de vacaciones, cambios de actividades

Ayer fui al Zoo Aquarium. Desde el pasado mes de febrero, ya no hay delfines en Madrid, se los han llevado a China. Aun sale en los planos del recinto, y en la señalización, pero los accesos al delfinario están cerrados. No voy a entrar en lo que opino del tema, sobre todo porque creo ha sido por un tema judicial. La tendencia actual es que están retirando a los cetáceos de los zoológicos, al menos en Europa. Lo curioso es que la mayoría de los visitantes no lo sabían. Me encontré a las puertas de la instalación de los gorilas a una familia que, al comentárselo, se enfadaron. Debo decir que no entro en las instalaciones de los gorilas y me cuesta bastante la zona de los chimpancés y los orangutanes. En otros animales a lo mejor no se nota tanto, pero los grandes simios tienen una mirada triste, me da la sensación de que saben que están en cautividad, por mucho que algunos hayan nacido allí. Están cuidados, intentan ponerles los estímulos suficientes en su hábitat para que sean felices, pero yo percibo una mirada triste en ellos y prefiero no entrar en esas instalaciones. Es posible que les pase a todos los animales, pero creo que ellos son los más conscientes.

Durante años, los delfines fueron el principal reclamo del zoo junto con los pandas. Ahora no sé lo que harán con las instalaciones. Puede que las reutilicen para otros animales o que las eliminen para hacer otra zona. No sé si está dentro de los catalogados como Bien de Interés Cultural (los famosos BIC) que hacen que algunas instalaciones del zoo no se puedan modernizar y luzcan como moles de cemento. Hay recintos como el de los osos que los han reacondicionado todo lo que han podido, arena en el suelo, vegetación, árboles caídos, otros sin embargo como el de las cabras y los papiones siguen siendo puro cemento y al ser BIC es muy complicado poder modificarlos, se requiere una autorización de Patrimonio que no siempre es factible. Y puede que en este caso, el interés cultural choque con el bienestar animal. Se ven mucho las diferencias entre los recintos de los pandas y el los papiones. Estoy segura que tarde o temprano lo irán mejorando, en la medida en que les sea posible. El zoo ha cambiado mucho desde la primera vez que lo visité, que yo recuerde.

Si te importan demasiado las opiniones de los demás, estás pidiendo permiso para ser tú

Todos tenemos una opinión sobre todo lo que ocurre. A veces coincide con las de los demás, con la mayoría, y otra veces no. Las familias que ayer se enfadaron, no entendían por qué, por la presión de un grupo de defensores de los animales, ellos no podían ver nadar a los delfines. Las opiniones chocan, a veces parece que más a menudo de lo que nos gustaría. Por el bien común se puede ceder, al menos hasta cierto punto. Es lo que tiene la socialización. En la época de la adolescencia, cedemos muchas de nuestras opiniones por integrarnos en un grupo, y en parte nos estamos perdiendo a nosotros mismos. Después ocurre más o menos lo mismo en el ambiente laboral. Por no entrar en problemas, se puede mirar a otro lado. En muchos casos se produce un abuso de poder por parte del grupo. Y eso no significa que se haga lo mejor para la mayoría. En política se ve cada vez con más claridad. El bien común pasa a un segundo plano por intereses partidistas, la democracia se convierte en la dictadura de las minorías que hacen prevalecer la importancia de sus votos a la hora de que algunos mantengan sus sillones. Hace poco leía que algunas personas habían pedido que se retiraran las procesiones porque podían ofender a los de otras religiones, hasta hablaban de que las imágenes podían traumatizar a los niños. Esos mismos niños que juegan al GTA o escuchan reggaeton cuyas letras son, por así decirlo, un poco violentas. Son visiones de la vida diferentes. Personalmente creo que si algo no te gusta, con no ir basta. Si no te gustan las procesiones, no vayas. Ya está. Si hay un contenido en las redes sociales que no te gusta, no te pongas en plan odio, no viertas una opinión que nadie te ha pedido. Puedes hacerlo, pero no te ofendas si te la eliminan. Porque tu opinión es importante pero cuando aporta, no cuando destruye y es para hacer daño casi de forma gratuita. Las cosas se pueden cambiar, por supuesto, pero es preferible que sean a mejor, y no siempre al opinar es así. Como decía la canción, si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo vayas a decir. Es una versión actualizada de los tres filtros de Sócrates. Por si no los recuerdas, te pongo las preguntas que el filósofo hacía antes de escuchar un rumor, un chisme sobre otra persona:

  • ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decir es cierto? – El filtro de la verdad
  • “¿Es algo bueno lo que vas a decir de mi amigo?” – El filtro de la bondad
  • “¿Será útil para mí lo que vas a decir?» – El filtro de la utilidad

Si la respuesta era «NO», prefería no escuchar, no saber lo que le iban a contar. ¿Cuántos comentarios de redes sociales, noticias o conversaciones diarias cumplen esos tres filtros? Si llega al 3% sería fantástico, tanto en respuestas como en creación de contenidos. Si los aplicáramos, es casi seguro que habría más silencio en nuestras calles. Se pueden tener opiniones diferentes, es bueno y lícito, pero si son críticas destructivas, solo estás esparciendo veneno que al final se volverá, te morderás tú mismo. Tus comentarios dicen más de tí que de los que a quien van dirigidos. Las personas dan lo que tienen y si rompes a los demás, es porque estás roto por dentro. Piénsalo. Y sí, cuando te importa más opinión de los demás, estás pidiendo permiso para ser tú. Te estás negando, tanto, que puedes terminar olvidándote de tu propia autoestima, te puedes perder por querer encajar en un sitio que no es el tuyo. Sobre todo, porque puede que te estén influenciando opiniones, comentarios, que no son verdad, que no son buenos y que no son útiles. Un ejemplo más: Estás comenzando con una idea, con un proyecto, que puede aportar algo bueno a los demás, y estás ilusionado, con muchas ganas. Y te llegan tres opiniones demoledoras, que puede que no tengan nada que ver y que sean de competidores o gente que te envidia… ¿qué ocurre? Como mínimo, pueden hacerte dudar, te hagan sentir solo, mal y lo abandones. Podías haber hecho mucho bien, te llenaba por dentro, pero por estar pendiente de los malos comentarios, lo dejas y te sientes peor. Todo el bien que podías haber hecho, se pierde, por escuchar las opiniones negativas de los demás. Y puede que esas opiniones vengan de las personas que se supone que son importantes, que son las que más daño hacen. Piénsalo. ¿Qué hacer entonces? Escucha lo que te digan, dales el valor que se merecen a las opiniones de los demás, pero que prevalezca tu voz interior. Tener a gente en contra es bueno para replantearse las cosas, pero decide tú con lo que te quedas y lo que dejas pasar de todo lo que recibes. No tienes que quedarte con todo lo que escuchas, si te chirría no es para tí, aunque sea la opinión generalizada de tu entorno. Alimenta tu propio criterio, solo así tu vida tendrá sentido. Ten tu propia opinión.

Es un tema complejo para estar de vacaciones, lo sé. Es lo que me ha salido. Si te resuena, te atreves y puedes aportar algo verdadero, bueno y útil, te leo en comentarios. Que pases una fantástica semana hasta el próximo martes.

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