Para el silencio del contador de historias, te receto un gato

Para el silencio del contador de historias, te receto un gato

Martes, 8 de abril de 2025. Si te ha llamado la atención el título, déjame decirte que me he tomado la licencia de juntar en él dos libros: El silencio del contador de historias y te receto un gato. El primero es el que me estoy leyendo en esta semana y por ahora me está gustando. El segundo, bueno, reconozco que la primera vez que lo leí pensé «¿Cada ocho horas? ¿En ayunas o después de las comidas?». Vaya por delante que no tengo nada en contra de los gatos, aunque no lo tendré de mascota, más que nada por alergia. Si te preguntas a qué se debe el título, te respondo que me ha parecido una imagen de lo más interesante. El silencio del contador de historias puede ser elegido o no. Hay escritores que deciden dejar de escribir, dejar de contar historias, por falta de tiempo, por cambio en sus circunstancias o simplemente por cansancio mental. Ocurre hasta el más creativo que se requieren vacaciones, dejar de contar historias para escuchar la voz del interior que las susurraba. Cuando no se elige puede derivar en el síndrome de la página en blanco, el famoso bloqueo del escritor. Y es para este último, el no elegido, para el que parece que te pueden recetar un gato. ¡Ah! Antes de seguir, desconozco la temática del libro, así que no creas que me he inspirado en sus historias, porque no tiene nada que ver. Te invito a que lo descubras por ti mismo, la novela de oriente (englobo japonesa y coreana, puede que alguna vez lea novela china) actual me está llamando bastante la atención desde que me leí «La lavandería de almas de Marigold» y «los secretos de la papelería Shihodo«. He recuperado el placer de leer antes de dormir, visto que cada vez es más complicado elegir una serie o una película de la televisión. Supongo que tarde o temprano me leeré Te receto un gato. He leído su sinopsis y me resulta interesante que un médico recete un gato como guía para abrir la perspectiva de la vida de los pacientes. Terapia gatuna. Desde luego como apertura de perspectiva es interesante. Hasta podría ser una dinámica de coaching para escritores.

Si para el mal de amores, rumbas y flores… para el silencio del contador de historias, un gato.

Son varios los escritores que conozco que tienen un gato como mascota. ¿Tendrá algo que ver con su capacidad creativa y productiva? No lo sé. La próxima vez que tenga una conversación con alguno de ellos se lo preguntaré. ¿Por qué recetar un gato? Puede que sea por su ronroneo o por sus silencios, por la suavidad de su pelaje, por lo independientes que son o simplemente porque no requieren de largos paseos, como por ejemplo los perros. Sería causa para investigar, aunque no para mí. Lo que sí está claro es que la conexión con el mundo natural es beneficiosa para los seres humanos. Cambiar de actividad ayuda a que nuestra mente se oxigene. Observar esos pequeños detalles, con la paz que transmiten cuando sabes descubrirlos, facilita el silencio interior, y que surjan ideas. Tampoco voy a idealizar la naturaleza. Te pasas todo el año pensando en las vacaciones en la playa y cuando llegas, la arena te pica, el salitre te reseca la piel, las medusas te impiden bañarte, hay mosquitos, el sol te achicharra… Todos los paraísos tienen su infierno. En la montaña puede pasarte lo mismo. Y eso sin hablar de la climatología, como los que van al Caribe o a Oriente en época de tormentas, con el monzón. Lo mejor que se puede hacer con las circunstancias es dejarlas pasar lo mejor que se pueda, como la gripe. ¿Puedes pelear con ella? Si tu respuesta es que no, entonces, un buen libro, un buen te y que la semana griposa pase.

Ocuparte de otro ser vivo te saca de ti mismo

Te apetezca o no, tienes que ocuparte de ellos, son tu responsabilidad. Empieza por una planta porque los animales son de nivel más avanzado. ¿Estás bloqueado por las oposiciones, por las reuniones de trabajo, por la sobrecarga de cosas pendientes? Ok, respira y mira más allá de las circunstancias. En tu visión más próxima está tu plantita, o tu mascota, tu gato. ¿Pueden vivir sin ti? En la naturaleza puede ser, pero al escogerlos, te conviertes en su proveedor vital. Los excesos se pagan. Si te pasas regando a tu plantita, puede morir, igual que si te olvidas de regarla. Si no paras de darle de comer al gato y no hace ejercicio, puede convertirse en una bola peluda. Ocuparte de ellos, hace que dejes en un segundo plano lo que te preocupa, esas ideas en bucle. Porque te ocupas, no imaginas situaciones antes de la acción. Y lo has elegido. Nadie te obliga, no es necesario para cobrar tu sueldo, salvo que tu oficio sea la jardinería. Requieren luz y aire, cuanto más limpio, mejor. Sin pasarse. Y al salir de tu cabeza, puedes encontrar otras opciones, descubrir un modo diferente de hacer las cosas, un pensamiento alternativo. No te quita tus problemas, solo te hace verlos desde otro lugar. Porque a veces no tenemos la posibilidad de ir a la naturaleza, dar un paseo por el campo. Claro que podemos ponernos los cascos y escuchar música, o meditar, bailar o simplemente tumbarnos y respirar. Lo que te salga, sin juicio. Ya nos juzgan demasiadas veces fuera de casa, hasta dentro de tu cabeza. Piensa en los gatos. ¿Qué hacen? Andar con sigilo, balancearse, silencio y maullar si quieren algo. No dan por supuesto nada. Si quieren caricias, se acercan a los humanos, si les apetece tranquilidad, pasan de sus dueños. No corren riesgos innecesarios, al menos no demasiados, que sé que alguno por cotillear ha saltado por una ventana. Ese riesgo no lo tienes con las plantas. Y sobre todo, viven en el presente, en este momento. Quizá por ello sean maestros del cambio. Te recuerdo que no me he leído el libro, hablo de lo que observo de lo que me rodea, aunque no tenga gato. Con los gatos callejeros, por ejemplo, no hay otra oportunidad. Si se acercan y no les acaricias, puede que cuando vuelvas a pasar ya no esté.

Salir de ti es el primer para para encontrarte

Cuando un contador de historias se hunde en el silencio, el mundo es un poco más triste. Se enfría la chispa de la esperanza, los colores se apagan. Sobre todo cuando es un silencio no elegido, obligado por las circunstancias adversas, las dificultades, las penurias, las heridas emocionales. Hay casos de pájaros que dejan de cantar cuando pierden su libertad. A veces ocurre. El entusiasmo se diluye con el paso del tiempo. Empiezas un proyecto emocionado, la ilusión te desborda y con el paso del tiempo, te desgastas tanto, te vacías, que acabas exprimido como un limón. Y una vez que te exprimen, seguir dando zumo cuesta cada vez más. Contar historias te vacía por dentro. Por eso a veces el silencio es elegido. Requieres un tiempo de desconectar, de no producir. Como las plantas en invierno cuando no dan fruto, no tienen hojas y parece que ya no tienen vida. Todo son etapas, piezas de un mismo puzzle. Hablando de piezas, en una de las últimas novelas que he leído «el misterio de la mujer tatuada» se habla de los tatuajes «sushi» como algo diferente al tatuaje tradicional, el irezumi, que cuenta una historia en la piel, tiene un hilo conductor, incluye una serie de elementos. ¿Qué es el tatuaje «sushi»? No es que te hagas un tatuaje de una pieza de arroz con una tira de salmón, sino que se refiere a los tatuados que llevan en el codo una estrella, un emoji en la muñeca, el símbolo del infinito detrás de la oreja y cosas así. Son piezas inconexas, cuya única relación es que el tatuado ha decidido hacérselas. En la novela era el estilo de los occidentales, esos tatuajes pequeños que se hacen por moda, por una experiencia más o menos divertida sin el dolor de una pieza grande. Ahora me gusta un pájaro y me lo hago, mañana puede que me guste una flor, son retazos, relatos cortos. Y están bien, si la persona lo ha decidido así. Para los tradicionales, los tatuajes requieren otra serie de cosas, de una historia. Puede que al final muchos tatuajes sushi terminen conformando una gran pieza, pero no será tradicional. El diseño es diferente. ¿Y esto qué tiene que ver con el gato porque con el silencio de los contadores de historias se ve más claro, por el unir de las piezas, de las escenas? Además de que a los gatos les gusta el pescado con el que se hace el sushi, un gato no tiene botón de apagado, como todas las mascotas, es un 24/7, implica una serie de elementos para que resplandezca y se vea bello, reluzca. Prestarle atención hace que se vea bonito, cuidado y eso te devuelve satisfacción, alegría. Es una espiral. Sales de ti para volver a ti. Y al revés. Puedes entrar en tí, para salir de ti de otro modo. Como la semilla de las plantas entra en el refugio de la tierra para salir, brotar con más energía e ímpetu. Es un círculo, un ciclo, el ciclo de la naturaleza que a veces con tanta tecnología se nos puede olvidar. Lo fundamental es que seas capaz de observar y descubrir lo que tienes que aceptar en tu momento presente, en lo que estás haciendo y decidir lo que quieres hacer.

Termino ya, que me he alargado, si te resuena y te atreves, te leo en comentarios o en el email, que pases una fantástica semana.

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