Martes, 19 de noviembre de 2024. Nunca sabes lo que te vas a encontrar por internet. De hecho, lo habitual es que las redes sociales y las aplicaciones de mensajería sean más fuente de distracción que de inspiración. ¿A quien no le ha pasado alguna vez que está centrado en una tarea y al llegar un correo, un mensaje, una notificación, termina prestándole atención y lo que era una labor de 5 minutos se convierte en 1 hora? Así apareció Tofu en mi vida. Hace unos meses estaba publicando en redes sociales la actualización del blog y se cargó un video en Facebook. Salen muchos a lo largo del día. No sé en qué momento el algoritmo decidió que me interesaban los vídeos de perritos, pero allí estaba él. Porque sí, Tofu es un perrito negro, con parte de la cabeza color blanca, igual que la punta de sus patas, de tamaño mediano que está en una protectora, en un refugio para animales. Cuando le vi por primera vez era un cachorro, inquieto, juguetón, lleno de vida. Transmitía vida con su mirada. No tenían una certeza absoluta, pero en el texto indicaban que había nacido en junio de este año. No ponía el lugar donde se encuentra, la locución de otro vídeo dijo que estaba en la provincia de Huelva, aunque dejan muy claro que puede viajar a toda España. Se busca persona que lo adopte, un cachorro juguetón, mestizo, que apareció un día callejeando por un pueblo y una voluntaria le había ofrecido comida y un lugar donde dormir. No es el de la foto que ilustra el artículo, porque su caso es uno entre cientos de perros callejeros que buscan un hogar y de los que se hacen eco las redes sociales. Si alguien quiere darle una oportunidad, seguro que si busca en internet «Adopción Tofu Huelva» le sale.
Estamos en noviembre y Tofu sigue en lista de espera. Nadie ha preguntado por él. Es extraño porque tenía entendido que los cachorros tienen más posibilidades de encontrar una familia que los adultos. Cuanto más tiempo pase en la protectora, más difícil será para él no volverse invisible. Así es como llaman a los perros que están allí de larga duración. Invisibles. Nadie pregunta por ellos. Ningún adoptante se fija en su mirada, en su alegría no fingida cuando les dan de comer, les sacan a pasear o les acarician los voluntarios. Son los que regresan después de una feria de adopción. Los que terminan acurrucándose en un chenil o en el hueco de un viejo neumático. Porque, al menos al no estar en una perrera municipal, no terminan durmiéndolos a las semanas, si no es a los días. Lo primero que me sorprende es que los perros de color negro tienen menos posibilidades de encontrar un hogar. ¿Por qué? No lo sé, pero en varias páginas de protectoras lo dejan muy claro. Ocurre hasta con los perros «de raza» asi que imaginad en los que no tienen, que son mestizos, de la calle. Otra «dificultad»para encontrarles un hogar es el tamaño. La gente, supuestamente, busca perros pequeños de los que se pueden llevar en un transportín, o en una mochila y Tofu es mediano, puede que llegue a 20 kgs. Para algunos sobrepasa el tamaño para que vivan en un piso. No tengo claro que sea así porque creo que los perros se adaptan a cualquier sitio, si les brindan cuidado, cariño y cubren sus necesidades básicas (comida, refugio, atención). De su pasado no se sabe nada, puede que sea un cachorrito que nació en la calle directamente. Puede que sea un cachorrito que sobraba en los planes de vacaciones. O que, guiado por su curiosidad, se escapara y al no tener chip no puedan identificar a su familia. De hecho, se llama Tofu porque así le han llamado en el refugio, se podía haber llamado de cualquier otra manera. ¿Se lleva bien con otros animales? Sí, vive con muchos más perros, algunos más grandes, adultos, a los que si les molesta por sus ganas de jugar, pueden responderle con un mordisco. No están acompañados por personas las 24h del día.
¿Por qué llamó mi atención? No lo sé, no estoy buscando mascota. Es una responsabilidad que en estos momentos no quiero asumir. Puedo dar mil argumentos, tanto a favor como en contra. Sin embargo, lo más sencillo es eso. A día de hoy, no quiero tener mascotas. Puede que algún día mi opción cambie, y será igual de respetable que el hecho de no tenerla en este momento. Hace tiempo tuvimos un acuario de agua salada. Lo preparamos todo para poder irnos de vacaciones, el dispensador de comida, el controlador de agua, la limpieza automática… A nuestro regreso, el pequeño Bruce (sí, era una especie de tiburón) había metido la cabeza en uno de los huecos de las piedras y se había ahogado. Cosas que pasan. Hubiéramos estado o no, habría ocurrido. Desde entonces, no tenemos animales. Nuestros horarios, nuestra vida, nuestros intereses y aficiones son los que son. Los animales son responsabilidad, no juguetes que se regalan como si fueran peluches. Si tienes uno, es para tenerlo bien, no atado a una cadena todo el día o dejarlo al cuidado de otra persona cuando no cabe en tus planes, para que le pasees, se incluye recoger sus excrementos para no ensuciar las aceras hasta convertirlas en un campo de minas para los viandantes. La compañía es recíproca, de ellos a ti y de ti a ellos. Es el ser humano quien elige ese compromiso, los perros ofrecen su lealtad siempre a sus cuidadores. De gatos no hablo porque nunca me han gustado. No tengo nada en contra, solo que no me gustan. Si voy a alguna casa donde hay gatos, claro que los acariciaré si se acercan y piden mimos. Pero no me gustan para mi como mascota.
¿Qué pasará con Tofu? En el mejor de los casos, alguien le adoptará, le sacará del chenil y disfrutará de una buena vida. Reconozco que cuando me sale un vídeo suyo o una foto, espero que digan que ha tenido suerte y le han adoptado. En el peor, se quedará allá donde esté, pasará toda su vida allí. En los últimos vídeos que han publicado de él, porque me sigue apareciendo de vez en cuando, ya se nota que está creciendo, la cara le está cambiando. Los meses para los perros son como los años de los humanos. Se le nota más tranquilo. Hay otros perros que terminan con mirada triste, que se dan cuenta de que los visitantes se llevan a otros perritos antes que a ellos. No sé si terminará siendo el caso de Tofu. Por ahora no lo parece. Allí está, disfruta de las oportunidades de cada día, juega con lo primero que encuentra, se entretiene sin saber si existe algo mejor. Los perros son maestros del presente. Más con su edad, que no ha conocido un hogar, tener todas las atenciones y cuidados de un humano solo para él. Esa es la tragedia de los perros que son abandonados cuando empiezan a tener achaques por la edad. Esos sí que muestran sus sentimientos, su tristeza, su dejarse morir. Ello sí que conocen la peor cara del ser humano. Reconozco que no me extraña porque si como especie, el ser humano es capaz de ser cruel con sus semejantes ¿qué no hará con los animales? Abandonar a un animal de compañía porque ya es mayor y quieren una mascota más joven es una crueldad. Igual que dejarlos solos cuando su fin se acerca. Recuerdo con toda nitidez cuando era más joven y se murió nuestro pastor alemán mestizo. Se despidió de todos los integrantes de la familia y se tumbó delante de mi puerta. No era su sitio habitual para dormir. Estoy convencida de que él sabía que se estaba muriendo. Yo era la más joven de la casa. Y allí estuve con él, acariciándole hasta el último suspiro. Se suponía que tenía más cercanía con otros, le sacaban más, le ponían la comida, jugaban más, pero en sus últimos momentos, quien estuve con él fui yo. No sé por qué me eligió a mi, lo que sé es que no le dejé solo. Se marchó recibiendo cariño. Fui muy consciente de que eran sus últimos momentos y, aun con lágrimas, no dejé de acariciarle y de demostrarle que le quería, que se podía marchar tranquilo, que estaríamos bien y ya le tocaba descansar. Estuve con él hasta el final, fue mi cara la que vio cuando cerró sus ojos para no abrirlos más. Quizá los ojos de Tofu me recuerdan a los suyos cuando le trajeron de cachorro a casa.
Si estás planteándote tener una mascota, con responsabilidad no por mero capricho, date una vuelta por las protectoras de animales, por los refugios. Quien sabe, lo mismo tu nuevo mejor amigo está esperándote allí. No sabes en una primera impresión con quién tendrás una amistad, una bonita historia. Date la oportunidad de merecer nuevas alegrías. Puede que no sean como has pensado, cachorros de raza, de colores claros, pequeñitos… se dice que no elegimos de quien nos enamoramos, con los amigos estoy convencida de que ocurre igual, surge sin planificarlo. Si crees que tu opción es comprar, también es una opción válida. Pero si no sabes lo que quieres, visita una protectora y mira el fondo de los ojos de esos perros, hasta de esos gatos si es tu opción. Ábrete a esa posibilidad. Puede que tu vida cambie. La suya seguro que lo hará.
Si te resuena y te atreves, te leo en comentarios. Que pases una fantástica semana.
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