Martes, 21 de octubre de 2025. ¿Sabes lo que es CloudFront de AWS? Es posible que te suene a chino, que creas que no tienes nada que ver con eso y que en tu vida no afecta lo más mínimo. Déjame decirte sí y más de lo que crees.

Ayer, si tuviste que hacer un trámite con la administración pública, te encontrarías el mensaje de «No hay conexión con el servidor» más de una vez. No, no era tu ordenador, ni tu conexión a internet.

¿Querías seguir con tu progreso estudiando idiomas? La aplicación del ¡ding! (no se llama así, no hago publicidad) no funcionaba. Nada de retos, de práctica, de divisiones. Que no está mal, así te centrabas en aprender y no en competir.

¿Estabas de compras y no se podían hacer pagos? Los datáfonos no se conectaban. Y es posible que alguna caja registradora también diera problemas. Y sí, tenías dinero en el banco, pero las tiendas no tenían acceso a él. Es posible que hasta fueras a las sucursales y no pudieras hacer trámites.

¿Ya lo has adivinado? ¡Sí! CloudFront de AWS tenía mucho que ver con esas actividades cotidianas que ayer fueron una misión imposible.

¿Qué es? Para no entrar en términos complicados, te diré que es un sistema de almacenamiento virtual de AWS, o lo que es lo mismo Amazon Web Services. Ayer tuvieron un problema con, llamémosle así, el almacenamiento de Virginia Norte. Y por ese motivo, el resto de zonas se ralentizaron o se cayeron, no se podía conectar. Eso afectó a las empresas que dependían de esa red y que no tenían las medidas oportunas para seguir prestando el servicio. Por eso unas funcionaban y otras no.

Ok. ¿Para qué te cuento esto? Es una pregunta que puedes hacerte con todo el sentido. Porque el artículo se llama «En cadena». Y la imagen responde, más o menos, a ese título. El becario hoy tenía pocas ganas de trabajar o no me he explicado bien.

Esta es la frase que quiero que te lleves: Todo está interconectado. Como si se tratara de un efecto mariposa ultra moderno. Ya no existe la independencia. Nuestras acciones tienen repercusiones en cadena que no podemos prever.

Sí, lo que pasa en Virginia norte, te afecta, aunque no puedas situarla en el mapa. Navegas por la red y es eso, una red, como una gran telaraña mundial que no puedes ver pero que utilizas en tu día a día. Ya nos pasó con el apagón eléctrico. Cae una zona, no importa la que sea, hay sobrecarga en el resto y el sistema se apaga.

No. Por mucho que defiendas la independencia energética o el pago en efectivo, también te tocará. Porque, tú puedes tener placas solares, sin embargo, tus equipos están conectados a internet. ¿Quieres ver una plataforma de streaming? Ayer no pudiste. Como tampoco funcionaba tu asistente virtual. Asi que, tu sueño de ser independiente, se cayó. Lo eres, pero te afecta igual que a los demás. No puedes trabajar o vivir en solitario cuando formas parte de una comunidad. Si te vas a una isla desierta, a una cabaña perdida en un bosque… tampoco. En el momento que quieres conectarte a la «red», formas parte de la telaraña y lo que ocurra te afectará.

¿Qué hacer? Aceptarlo. No eres independiente, vives en sociedad. ¡Ah! Otra cosa. Pagar en efectivo tampoco te ayudará. Hazlo, si quieres y si lo eliges como tu opción. Es igual de válida que si eres de pago con tarjeta. Elegir es lo que te da la libertad no el modo en que haces los pagos. Te controlan igual. ¿Por qué? Por ese aparatito que tienes en la mano o en el bolsillo o en el bolso. Sí, en el momento que tienes un teléfono smartphone, pueden saber dónde estás, lo que lees, lo que compras… todo. No es conspiranoico, es la realidad.

¿Qué hiciste ayer? Si los datáfonos no funcionaban, las páginas web de bancos y administraciones públicas tampoco… ¿buscaste información en el ordenador, en la tablet, en el móvil? Es un gesto de lo más lógico, revisar las redes sociales y los medios de información. Porque si decidiste aprovechar para jugar un poco, te encontrarías que muchas apps de entretenimiento tampoco funcionaban. No podías comprar, no podías jugar, no podías trabajar online.

¿Qué hacer? Volver por un rato, una mañana, un día al modo offline. Un libro, un cuaderno, escritura manual. ¿Quieres jugar? Es posible que la baraja de cartas siga por algun cajón de la casa. ¿No puedes conectarte? Sal a dar una vuelta. Las oportunidades están si sabes observar. Y que vuelva la normalidad cuando quiera. Los primeros interesados en restablecer el sistema son las empresas. Ya estarán sus trabajadores en ello. Una mañana sin ver lo mal que va el mundo puede ser hasta terapéutico. ¿No puedes comprar, hacer pagos? Eso que te ahorras.

Vivir en cadena no implica que estar encadenados para mal. Nos hemos creado unas necesidades que se pueden sustituir por otras opciones. ¿Quién sabe? Lo mismo te gustan más.

Déjame que te cuente algo en lo que, quizá, no has caído: Sigues vivo. Tanto lo bueno como lo malo, pasan. Esa es la experiencia a la que puedes recurrir. Todo pasa. Tanto lo bueno como lo malo, repito. Hace unos meses te quejabas de la ola de calor. Ahora solo es un recuerdo. ¿Alguien se acuerda del efecto 2000? ¿Del confinamiento? Lo más importante de tu vida, ya no está. ¿Dónde quedaron los nervios por ese examen importante? ¿Las ganas de ver esa película en estreno, ese viaje soñado? Nuestra vida es una sucesión encadenada. Vivimos en cadena, los hechos se suceden. Lo que ocurre es que vivimos tan inmersos en los momentos, que no vemos la cinta transportadora. Contemplar esa perspectiva nos daría serenidad.

Ante un hecho, el que sea, deberíamos activar el modo «esto también pasará». Si es algo bueno, disfrútalo al máximo porque pasará. Si es algo malo, ten calma, pasará. Así lo de afuera no nos afecta por muchos temblores que haya.

Si te resuena y te atreves, y quieres, te leo en comentarios.

Que pases una gran semana interconectada.

Cris