Bienvenido al nunca

Martes, 2 de diciembre de 2025. ¿Alguna vez te han dicho la frase: «NUNCA LO CONSEGUIRÁS«? No tiene por qué haber sido alguien que quiera hacerte daño. Puede que te la digan personas que te tienen afecto y que lo hagan con la mejor de las intenciones, pensando que con ello te evitan sufrimientos y decepciones. Y sí, si les haces caso, nunca lo conseguirás. Porque las palabras son poderosas, más si te la dicen personas a las que les concedes autoridad en tu vida. Por eso, deberíamos tener mucho, muchísimo, cuidado con lo que le decimos a nuestros hijos. ¿Queremos que crezcan en el miedo? Al decirles frases así, les decimos que no confiamos en sus posibilidades y que no se esfuercen, que no arriesguen, que vayan a lo seguro. ¡Flaco favor les hacemos!

Con esto no quiero decir que nos instalemos en el mundo fantasía. Al contrario. Está claro que el ser humano por si mismo no puede volar. Si saltamos desde un quinto piso, es muy posible que terminemos como el mamut de la canción, espachurrados contra el suelo. Sin embargo, y es algo que deberíamos grabarnos a fuego, que no podamos volar, que no tengamos alas, no significa que nos quedemos sentados en nuestra habitación, hechos un ovillo, protegidos de todo sin vivir nada. Si quieres volar, ve a un aeropuerto 😉

Tenemos la capacidad de soñar, de imaginar algo. El cómo conseguirlo, el camino que nos lleve allí, lo desconocemos. Claro, si te han educado desde el «Nunca lo conseguirás», desde el miedo a lo desconocido, no lo harás. Te quedarás con metas pequeñas, lo más realistas posibles, cuando en realidad estás hecho para otra cosa. Repito: tus figuras de autoridad no lo hicieron para hacerte daño, ellos veían tus posibilidades, proyectaban en ti sus propios miedos. ¿Para qué quieres ser astronauta si te puedes ganar la vida de funcionario? Cada uno vemos la vida conforma a nuestros valores vitales. Claro que no es malo trabajar en una oficina, tener una plaza fija de trabajo. Eso da estabilidad y en este mundo de altibajos, es habitual buscarla. De ahí surge la idea de «la zona de confort«. Lo más curioso de todo es que, el mundo no avanza por esa estabilidad. Y déjame decirte algo, así de sopetón: nadie, repito ¡NADIE! tiene una bola mágica que prediga tu futuro. Así que, la próxima vez que te digan «Nunca lo conseguirás«, que tu mente escuche «Bienvenidos al nunca«.

Para llegar a tus sueños, el camino es incierto. Más o menos. Si quieres convertirte en piloto de rallies, lo primero que debes hacer es aprender a conducir. Si quieres hacer un viaje alrededor del mundo, lo primero es salir de casa. Desde luego que si no lo intentas, nunca lo conseguirás. Y es loable tener una dosis realista. Pero no te cortes las alas antes de empezar. Va a conllevar sacrificios. Claro. No es fácil soltar tus seguridades. Otras personas te hablarán de lo que significa renunciar a ellas. Yo prefiero utilizar la palabra «soltar». En nuestra mente eso implica algo diferente a renunciar. Si te casas con una persona, no renuncias al resto, simplemente sueltas otras manos para estar con la que quieres. No te enfoques en lo que pierdes, sino mantente centrado en lo que ganas.

Lo siguiente a tener en cuenta es el factor tiempo. ¿Cuándo vas a conseguirlo? ¿Acaso importa? Pues hombre, algo sí que importa. Si tu sueño es ser general del ejército y con 50 años sigues siendo sargento, me da que conseguirlo va a ser complicado. Puede que tengas que revisar el objetivo o el camino que te lleva a él, la planificación. Habrá otros sueños que no sean así. Hay personas que con 50 deciden sacarse el carnet de conducir, o una carrera universitaria. Porque no tuvieron tiempo de hacerlo antes. Es un objetivo que quedó en segundo plano, visible pero retrasado para unas mejores circunstancias, el primero en la lista de cosas pendientes por hacer. Puedes esperar a jubilarte para hacerlo o no, la decisión es solo tuya.

En el 2020 se originó un fenómeno que se llama LA GRAN DIMISIÓN. Tranquilos, ningún político forma parte de ese fenómeno. ¿A qué se refiere? Comenzó en Estados Unidos. Un gran número de personas, muchísimas más de las que van a manifestaciones convocadas por la chupipandi política o sindical, dejaron sus empleos, precarios en su mayoría. Se plantearon si lo que hacían les llenaba, daba sentido a su vida o si valían para algo más. Hay que tener valor para hacerlo. Otros, sin embargo, complementan su trabajo habitual con sus sueños. Periodistas que por la noche se dedican a escribir su novela y tras una serie de etapas, terminan dejando el empleo para dedicarse a tiempo completo a lo que es su pasión. Trabajadores de fábricas que después de la jornada laboral, hacen cursos para formarse en algo totalmente distinto. ¿Qué es lo importante? Más que el factor tiempo, es la actitud. Repito la idea: La próxima vez que te digan «Nunca lo conseguirás«, que tu mente escuche «Bienvenidos al nunca«.

Tienes la coordenada de partida, desde dónde partes, y la coordenada de llegada, hacia dónde vas. No tienes el conocimiento del camino que une las coordenadas, ni el tiempo que te llevará recorrerlo. Sin embargo, cuentas con la mejor de las herramientas, la actitud. Con ella encontrarás la manera de conseguir lo que buscas y sí, puede que tengas que revisar tus objetivos hasta que descubras que… no sé si decírtelo.

Ya tienes el mapa vital. ¿Estás ahora seguro de que no lo conseguirás? Escucha los consejos, pero si es tu vida, decide tú. Evalúa, pros y contras, y decide. Si te equivocas, revisa y aprende. Edison realizó miles de pruebas para obtener una bombilla. Encontró modos de no hacerla, aprendió y siguió. Ese es el secreto que dudaba decirte: el objetivo final es importante, sin embargo las grandes enseñanzas están en el camino que te llevan a él. Los que han realizado el camino de Santiago te lo dirán. La experiencia es brutal cuando sin perder de vista la meta, descubres lo que te ofrece cada paso. Eso solo lo obtienes con la actitud correcta. La gran meta está hecha con miles de metas pequeñas.

Sí, BIENVENIDOS AL NUNCA, al lugar donde todo y nada es posible al mismo tiempo. Donde los dragones y los fénix vuelan en sintonía y los caballeros de plateada armadura caminan con los magos. Todo es posible para la actitud. Todo es verdad. Si crees que no lo vas a conseguir, es verdad. Si crees que lo vas a conseguir, es verdad. La actitud camina de la mano de la fe. Como dijo el sabio, si lo crees, lo creas. Y si lo creas, te lo crees. A lo mejor no sale la obra de arte que pensabas, pero será obra de arte en cualquier caso.

Disfruta la meta y disfruta del proceso. Es algo que aprendí hace unos años en un curso. Teníamos que hacer un recorrido por un bosque con subidas y bajadas. No estaba en la mejor forma física y en parte eso me ponía de mal humor, porque había que andar al ritmo que otros marcaban. Era duro, me resistía. Hasta que lo mandé a la porra. Entiendo el ritmo grupal, sin embargo, la experiencia es personal, no puede estar supeditada. Si no me dan lo que quiero, tendré que buscarlo por mi misma. Requería tiempo, así que lo busqué. ¿Era ser egoísta? No, es tener el criterio propio para decidir y dar la importancia a lo que de verdad importa.

Disfruta la meta y disfruta del proceso. Eso es lo que quiero que te lleves hoy. Si te resuena y te atreves, te leo en comentarios.

Que pases una fantástica primera semana de diciembre y el viernes te espero con «Mente Maléfica», un relato diferente.

Cris

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