La vaca de angora

Martes, 4 de noviembre de 2025. Desde el fin de semana hay una imagen en mi mente que se repite. Cosas de jugar al trivial online en familia. Es la que ilustra el artículo, más o menos, porque el becario, que es el que últimamente hace todas mis imágenes, no siempre me ofrece lo que quiero. Aun tengo que afinar en las indicaciones que le doy.

¿Qué es? Como el título indica, una vaca de angora. ¿Existe el animal en realidad? Salvo que haya por ahí un científico loco obsesionado con los híbridos animales, no. Hay un tipo de vaca que se llama Angus, apreciada por su carne, y existen las cabras de angora, apreciadas por su lana. La mezcla de las dos especies, no se da en la naturaleza. Por mucho que la imagen parezca real, idílica, como si en cualquier momento fuera aparecer Heidi con copito de nieve en brazos, no, no existe. Es IA.

Existió, eso sí, en una respuesta equivocada en un juego de fin de semana. Existió en un instante, en una mente pensante y desde ahí cobró vida en el mundo de las ideas. Como las palabras son poderosas, mucho más de lo que pensamos, surgió una vaca que se puede esquilar y que da una lana suave, ligera, aislante y brillante. Si muchas personas compartieran esa imagen hasta hacerla viral, puede que con el tiempo, alguien creyera que existe. Y lo que es solo fruto de un juego, sería dado por cierto. En este ejemplo parece casi absurdo, ¿verdad? Sin embargo, en el día a día recorren el mundo historias e imágenes que son igual de falsas. Con el avance de la tecnología es muy fácil que nos las cuelen. No podemos verificar toda la ingente información que nos llega desde los medios, ya sean oficiales o no.

Si eres de los que ves vídeos en youtube, puedes comprobar que hay muchos con guiones que se repiten. «Las tiendas que ya no existen», «Las marcas que marcaron tu infancia»… Si les prestas un poco de atención, mientras la nostalgia avanza por tu mente, verás que hay frases exactamente igual. Y en las guías de viajes, igual. Fotografías tomadas de internet, sobre saturadas en colores, y textos leídos por una máquina, dudo mucho que haya una persona detrás. No cuesta mucho hacerlos y se monetizan bien.

Vivimos rodeados de espejos y de espejismos. Hace tiempo que no nos podemos fiar de nuestro sentido de la vista, en la gran ilusión, o desilusión porque también ocurre con las catástrofes, que es el mundo. ¿Entonces? Cuando los sentidos fallan, hay que recurrir al sentido común, el más extraño de todos. No se trata de poner en duda todo lo que nos llega, nos volvería paranoicos, sino de ser capaces de dudar y al mismo tiempo darle una oportunidad. La gran característica del ser humano es la curiosidad.

Dudar y darle una oportunidad al mismo tiempo. «No sé si creerlo pero estoy abierto a su existencia» podría ser la definición. Te aseguras de las cosas que son ciertas para tí. Repito, sin volverse paranoico. No hace falta que compruebes que la plancha quema tocándola con toda la palma de la mano. Alguien ya lo hizo por ti. Eso sí, no delegues lo que es de verdad importante para tí.

En esa apertura, damos entrada a la curiosidad, la credibilidad y la confianza. En eso se basan todas las propuestas de aprendizaje que nos llegan cada día. Esperamos algo mejor. Va impreso en nuestro ADN. Es lo que nos hace avanzar y jugar. Si haces un curso, es porque quieres conocer más. Si juegas, a lo que sea, es para mejorar tus capacidades y por eso se abren nuevas posibilidades. Si, tras las comprobaciones que requieras, la respuesta es positiva, en el siguiente pondrás más confianza. Si, por el contrario, no ha respondido a lo que esperabas, pasarás a otra cosa.

La vaca de angora representa un error y una oportunidad al mismo tiempo. Las dos caras de la misma moneda. No, no era la respuesta correcta a una pregunta concreta. Pero ofrece la oportunidad de contrastar y de crear algo diferente. Puede convertirse en el punto de partida de unas risas, de una anécdota o, si llega a una mente creativa, generar una historia. Los grandes contadores de historias son a su vez grandes hacedores de mundos. ¿Existieron los dragones? En la imaginación grupal, sí. Tanto que vemos series o películas sobre ellos y no dudamos. En nuestra mente son reales y están vivos, aunque no haya fósiles ni evidencias científicas de su existencia.

¿Qué es lo que quiero que te lleves de la vaca de angora? Las tres herramientas más poderosas que tienes: curiosidad, credibilidad y confianza. Sin ellas, el aprendizaje y el avance no son posibles. Ampliarán tu zona de confort hasta el infinito. Las tres dependen de tí. Eres quien decides si las otorgas o las retiras. Son el super poder de todo ser humano. No dependen de tu cuenta corriente, ni de tu lugar en el cosmos, de estar en grupo o en solitario. Y sí, claro que pueden cambiar, pero no dejes que se agoten. Dejarás de vivir cuando dejes de tener curiosidad por lo que te rodea, dejes de creer y dejes de confiar. Sin las tres, los lazos vitales se rompen.

En tu día a día ¿sientes curiosidad por algo? ¿Crees en algo? ¿Confías o desconfías? Piénsalo. Si llegaste hasta aquí ¿por qué no? Cuando lo ves todo negro, puedes cambiar el enfoque, abrir los ojos. Requiere un poco de entrenamiento, lo sé. Nos acostumbramos a mirar de una manera y se nos olvida que hoy tantas como pares de ojos en el mundo. Si no sabes una fórmula de Excel, investiga, puede que te ahorre mucho tiempo. Y si no existe, créalo. No hace falta que seas un genio o un inventor loco. Si quieres una estantería y no ves nada que te convenza, hazla tu mismo. Pon en marcha las tres herramientas en tu mente creativa. Te aseguro que el resultado será diferente al que esperas. Si te apetece comer un plato diferente de tu cultura, hazlo. Nunca sabrás si te sale genial el tiramisú, si no lo compruebas. Experimenta. Lo mismo la primera vez el que acaba borracho eres tú y no los bizcochos. Pero, y este pero es importante, intentarlo te dará un gran aprendizaje para el siguiente. El método científico de prueba y error sirve para tu día a día. Sigue hasta que consigas tu objetivo. No es una lucha, sino un camino.

Si te resuena y te atreves, te leo en comentarios. Que pases una fantástica semana y recuerda que el viernes te espero con un nuevo relato.

Cris.