Trabajar en casa

img_6678En estos días, con la actualidad del Coronavirus, son muchos los que están cambiando su lugar de trabajo habitual para hacerlo desde casa. Hay trabajos en los que puede hacerse y lamentablemente, otros no. Tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Sé de lo que hablo, hace ya un tiempo que trabajo en casa. Como escritora solo necesito un ordenador, o un papel y un boli. De hecho escribo de las dos maneras, en digital y analógico. Mi cerebro necesita ambas para sumergirme en la historia que esté contando.

No es tan fácil como parece

Hacer el cambio de centro de trabajo a casa, cuesta. Tiene ventajas, es algo innegable, pero también inconvenientes. No es la panacea ni el peor error. Depende de cada uno. Entiendo que lo habitual es acudir al puesto de trabajo, pero no debe ser la única opción a considerar. Primero diré algunas cosas negativas de trabajar desde casa. Necesitamos crear nuestras rutinas y nuestro ambiente. Nuestro cerebro asocia el trabajo a un lugar específico, a una actitud. Y el hogar a otras. Si quieres trabajar en casa, diría que la primera acción necesaria es mentalizarte. El trabajo es eso, trabajo. Por estar en casa no se trata de estar alargando las jornadas laborales. Vas a tener impedimentos: vecinos con taladradoras o martillos, llamadas inoportunas, tentaciones de quedarte en pijama y trabajar desde la cama, la nevera, la maravillosa máquina de café, moverte mucho menos… Son cosas que en la oficina no sueles tener. Allí hay una mesa y un ambiente de trabajo más o menos establecido. Tenlo en cuenta. Además hay otro factor especial: la compañía. En muchos casos, trabajar en casa es solitario. Si eres de las personas que necesita contacto con la gente de alrededor, el teletrabajo puede costarte, descentrarte y agobiarte. Puede que termines hablando con las paredes. O peor, que al final no puedas desconectar y pases a estar siempre trabajando. Necesitamos tiempo para trabajar, tiempo para descansar, y tiempo para otras actividades. A veces no es posible. Hay que cuidar mucho ese aspecto, para no llegar a nuestro agotamiento.

También tiene ventajas, si sabes organizarte. Porque no se trata de echar horas y horas, sino de ser productivo. No hay atascos para llegar, no hay contaminación, prisas, aglomeraciones. Ahorras tiempo, algo que en las grandes ciudades hay que tener en cuenta. El cafe y la comida es de calidad, nada de sucedáneos del petróleo con apariencia de sandwich de máquina, o diuréticos al aroma de café. Si tu trabajo es creativo y sabes establecer rutinas, puede ser muy útil, lo mejor que hayas hecho en tu vida. Además, las posibilidades que da la tecnología actual te permitirá reunirte sin desplazarte a la oficina o viajar al extranjero. Puedes hacer las pausas que creas necesario, despejarte, dar un paseo y volver. O simplemente pasarte unos minutos subiendo y bajando escaleras para desconectar  y ver las cosas desde la distancia.

La actualidad manda

Mi rutina ha cambiado estos dias. Estamos tres en casa por el coronavirus. No lo tenemos, pero estamos siguiendo las medidas de precaución. No hay colegio y nuestros trabajos podemos llevarlos a cabo con un ordenador. Sabíamos que podía pasar y hace semanas que hemos ido preparándonos para que no nos faltara nada. La experiencia de los primeros dias es positiva. Por ahora, me cunde más, aunque parezca lo contrario. No estoy cogiendo tanto el coche y puedo aprovechar las tardes para escribir. Afortunadamente, la conexión wifi aguanta que estemos más conectados a la red. Y los descansos que me tomo son en compañía, hasta como mejor que cuando estoy sola. Tenemos espacios en común y espacios para estar los tres solos. Mi creatividad lo nota. Acostumbrada a estar sola, tenerlos en casa trastoca el plan habitual. Pero eso no es malo. No me distraen, hasta en algunos casos me inspiran, me dan ideas para escenas de la novela o para próximos artículos. Al verlos a ellos centrados, también me centro mucho más. Como si compartiera mesa con otros en una biblioteca. Cada uno en lo nuestro, pero ayudándonos. En otros momentos sí, me descolocan. Pero hasta eso es positivo. Me ayudan a estar más en el presente, a estar con los cinco sentidos y con la mente en lo que hago.

¿Cuánto tiempo durará esta situación? No lo sé. Nosotros podemos hacerlo. Tenemos esa posibilidad. No tenemos que salir de casa, por ahora. Nos hemos adaptado y cuando hay problemas, los enfrentamos en el momento que sucede. Precavidos pero flexibles, adaptándonos.

 

 

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