Hace años escribí un post muy parecido, pero, hoy está más de actualidad que nunca, así que voy a volver a tratar el tema. ¿A qué me refiero con la pedagogía de la Y? Quizá antes tengo que hablar de la que impera en nuestra sociedad, que es la pedagogía de la O. Desde que somos conscientes, nuestra vida se rige por la elección. Tenemos la posibilidad constante de elegir, algo que es bueno. El problema a mi entender viene cuando se trata de opciones excluyentes. Pongo un ejemplo: «¿Mar o Montaña?» ¿Véis la «o»? En nuestro lenguaje usamos la «o» como conjunción para expresar diferencia, separación, alternativa. E implicitamente pensamos que optar por una es renunciar a otra. En el ejemplo de una pregunta habitual para las vacaciones, optar por Mar significa que no vamos a pisar la Montaña. Ocurre igual al contrario. Es un ejemplo muy simple ¿verdad? Bien, vamos a cosas un poco más emocionales. «¿Chocolate o Vainilla? ¿Ciencias o Letras?» Aquí tratamos otra vez de gustos, con todo lo que conlleva. Pero si entramos en marcas comerciales de productos concretos, digamos por ejemplo «¿Coca-cola o Pepsi? ¿Mac o PC? ¿Burguer King o McDonald´s, Marvel o DC, Star Wars o Star Trek?» Buf, aquí ya es como más excluyente ¿no? Esa elección lleva aparejada una sensación de pertenencia grupal que nos identifica. Y si nos metemos con puro sentimiento estilo «¿Real Madrid o F.C. Barcelona?» aquí ya entendemos la «o» de forma complemente excluyente. O eres del Madrid o eres del Barça pero no puedes ser de los dos.
La importancia de las categorías
Todo lo que lleva detrás la «o», una simple letra, es precisamente la categorización. Con esa elección nos diferenciamos, nos inscribimos en una categoría, en un grupo afín que creemos que va más con nosotros y, por así decirlo, pensamos que son los que tienen la opción correcta, son los buenos porque son los que comparten nuestra opción, están dentro de nuestras categorías. En cierta forma, casi de manera automática, nuestro cerebro interpreta así la realidad. Es como nos han enseñado en el cole desde pequeñitos. Entendemos el mundo desde la dualidad de las categorías. Lo vemos desde las dos opciones. Blanco o Negro. Frío o Caliente. Izquierda o Derecha. Hombres o Mujeres. ¿Intuyes más o menos dónde quiero llegar, por qué esta pedagogía es tan actual? Le estamos dando importancia a lo que nos separa, a lo que nos diferencia, a la alternativa. Y puede que nos estemos autoengañando disfrazando de igualdad esa injusta imposición de diferencia. ¿Qué tal si en vez de fijarnos en lo que nos separa, buscamos lo que nos une? Lo mismo el resultado nos sorprende.
La pedagogía de la Y
Cambiemos la «o» por la «y» en nuestro discurso vital. ¿Qué puede pasar si eres de mar y montaña? Que tienes el doble de opciones de disfrutar. Puedes ser de ciencias y leer poesía. Se complementan las matemáticas con la música. Pitágoras así lo creía. El mundo no avanzaría sólo con manos derechas o manos izquierdas. Y la naturaleza, Dios, o como lo llame cada uno, necesita lo masculino y lo femenino para avanzar. Sí, comprendo que en deportes ser del Barça y del Madrid es realmente complicado, pero, si lo piensas bien, son el doble de alegrías, muchísimas más celebraciones. Tenemos opciones para elegir. Es genial. Podemos cambiar de gustos y está bien. De hecho, fijate cómo cambia nuestra mentalidad vital por cambiar una letra. No renuncias, obtienes el doble de felicidad. ¿Lo has pensado? Puedes elegir, si quieres, una opción, las dos opciones… las posibilidades se multiplican y la decisión es segun tu criterio, tu responsabilidad. Tú decides, no te lo imponen desde fuera, miras lo que nos une y no lo que nos separa. Se amplía el campo. No eres un bicho raro por ser astrofísico y disfrutar de Platón, Benedetti o hasta Galdós, por eso de que estamos en su bicentenario. Tienes la opción de conocerlo todo y apostar por lo que más te llena, sin que lo otro sea malo. Hay diferentes dones, existe la mezcla y está bien. Nuestros hemisferios cerebrales son muy diferentes y se complementan. Quizá la propia naturaleza nos está gritando a cada paso que lo bueno para nosotros es la pedagogía de la Y, aunque como sociedad nos hayamos ido a la O. Piénsalo. Es un tema complejo para un viernes, pero, puede cambiarte la vida con un cambio de actitud. Una simple letra. Piénsalo
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