El fin de semana pasado pude disfrutar de la exposición Músicas en la antigüedad, un fascinante viaje por la historia de la música. Todos tenemos nuestra propia banda sonora, canciones que son especiales para nosotros, acordes que nos transportan mentalmente a situaciones pasadas, encuentros con personas o estados anímicos diferentes. La música nos acompaña desde que llegamos a este mundo y, probablemente nos acompañe cuando nos vayamos. Porque en la evolución humana, desde que vivíamos en cuevas, el ser humano ha sentido la necesidad de comunicarse y los sonidos han sido una forma muy útil de hacerlo. Pienso por ejemplo en la relevancia de los juglares en la Edad Media, donde las historias se narraban en canciones, la mejor forma de transmitir la historia al pueblo. Desde los simples silbidos hasta la complejidad de las sinfonías, asociamos la música a fiestas y a acontecimientos importantes. Se usaba para la poesía, para marcar el ritmo en los trirremes, llamar a la batalla o pedir auxilio. La música es fiel compañera del ser humano, por eso es habitual ver objetos que la representan, desde los instrumentos hasta los que la crean o la interpretan, en este caso en las civilizaciones antiguas de Oriente, Egipto, Grecia y Roma.
Una exposición para todos los públicos
No es una muestra grande, apenas 400 piezas cedidas para la ocasión por el Louvre y otros museos como el Nacional de Atenas y el Metropolitan Museum de Nueva York. Cuenta con espacios interactivos, lugares donde te colocas y puedes oir el sonido de los objetos que estás viendo. Además hay visitas guiadas, algo muy interesante si formas parte del grupo; pero que si vas por libre puede producir algun que otro sonido estridente, no voy a desvelar más. Es un paseo por más de 3.000 años de antigüedad, con objetos que prácticamente nunca se han visto y con sonidos grabados de las piezas conocidas más antiguas. La visita se hace amena, y se está fresquito algo que se agradece cuando fuera del museo hay temperaturas que rondan los 38º centígrados. Una exposición temporal hasta el 16 de Septiembre de 2018 que cuenta con los descuentos habitales del CaixaForum por lo que puede disfrutarla toda la familia.
La banda sonora de la vida
Personalmente no creo que pudiera entender la vida sin música. Ha estado conmigo en los buenos y en los malos momentos. Es mi refugio cuando la tristeza quiere hacer acto de presencia, la chispa que enciende mi optimismo. Podría decir que mi filosofía de vida es melódica. Con gustos muy variados, desde la clásica hasta el rock. No es tan único e irrepetible. Somos muchos los seres humanos que la sentimos así, en todos los tiempos tal como nos indica la exposición. Creo que esa conexión, conocida por otra parte, es lo que más me ha gustado de la muestra. Saber que aunque hemos evolucionado, dejemos a un lado si es para bien o para mal, el ser humano es musical, desde el primer latido de nuestro corazón.