Creo que no hay un lugar en España en que este fin de semana no se haya comentado que por fin, llegó el verano. El viernes comenzaron las vacaciones para los colegios y hoy se inician numerosos campus de baloncesto, fútbol, aventuras y municipales. Los que no llevan a los niños con los abuelos al pueblo, o se cogen vacaciones separadas para poder estar con ellos, se buscan las formas para trabajar en las vacaciones de los pequeños. Hoy es el inicio de nuevas amistades, de trayectos en carretera y cambios de rutinas. Lo noto porque hoy digo adiós a mi horario de escribir, para adaptarme a las horas de campus. Es normal y no hay queja, sólo se trata de ser flexible, aunque creo que me voy a tener que comprar una gorra de plato, porque voy a estar montada en el coche más de lo habitual. Entre eso, el calor que hace que tenga toda la casa en penumbra y los numerosos preparativos para el tiempo libre, mi tiempo ante el ordenador se va a limitar mucho. Es normal en vacaciones.
No me gusta el Reggaeton
Lo primero que hay que hacer hoy, casi por tradición familiar, es la lista del verano para el coche. Son muchos los trayectos, y la banda sonora de las vacaciones es importante. La del año pasado la hemos estado escuchando prácticamente hasta ayer. He entrado en la plataforma de música que uso, Spotify, a mirar novedades, éxitos del verano, para tener nuevas canciones… y el resultado es verdaderamente desmoralizador. De verdad ¿alguien escucha las letras de la música reggaeton? No voy a poner ejemplos; pero vaya letras. Luego dicen de no tratar a las mujeres como meros objetos. Me pregunto si las feministas radicales han escuchado el reggaeton. La imagen que dan de las mujeres es lamentable, por no decir otra cosa. Hoy me reafirmo, ese tipo de música no me gusta. Soy más de Pop y de Rock. Esta noche tendré la suerte de ver a Fito y Fitipaldis en concierto. Por supuesto que muchas de sus canciones estarán en mi lista de Verano 2018. Animadas, de buen rollo, sin importar si son actuales o tienen ya unos añitos. En español y en inglés. Así se puede cantar en el coche, se hacen más amenos los viajes. Y van a hacer falta, porque son muchos los kilometros a diario. Sobre todo de buen rollo, fresquitas, alegres, que traigan recuerdos de playa, fiesta y descanso. Son anclajes mentales para llevar mejor calores, atascos, madrugones y todo lo que hace que el dia cueste.
Lo más importante es la compañía
Hay cosas que sólo se hacen por los hijos. Ni siquiera por la pareja. Una sonrisa suya hace que todo merezca la pena, desde los preparativos del verano hasta los imprevistos. Nosotros siempre tenemos claro que lo importante es estar juntos, es la compañía. Así disfrutamos ya estemos viendo un museo, un yacimiento o tenemos un día playero. No importa el calor, el frío o que los planes no salgan como esperábamos. Los planes siempre salen bien, porque es la compañía quien hace que los momentos sean inolvidables. Así se disfruta más, con planes pero con flexibilidad. A veces perderse es lo mejor para encontrar cosas nuevas. Es bueno llevar el GPS, teniendo claro que quien conduce es el ser humano y tiene libertad de decisión. Salir de la zona de confort es complejo pero apasionante. Sólo podemos avanzar si nos aventuramos a los caminos, aunque sean nuevos. Hay que atreverse a hacer por uno mismo, lo que sólo haríamos por las personas que más queremos. Poner límites a lo tóxico, venga de donde venga. Y ser capaces de aceptarlo como parte del juego, sin que nos afecte. En un viaje, lo mejor es la compañía y por ello es tan importante ser nuestros mejores amigos, así, siempre saldrá bien. Porque a veces los primeros que nos torpedeamos somos nosotros mismos, nos ponemos en plan jueces y fiscales, somos nuestros mayores críticos, nos queremos poco y nos condenamos cuando sentiriamos compasión si fueran nuestros peques. Querernos a nosotros mismos y vivir más en el presente, quizá ahí está la receta mágica para un verano inolvidable. Dejar de pensar en el futuro y aprovechar el momento presente. Creer en aquello que estás haciendo y que nadie más puede hacer. Darle valor, respirar y sonreír. No se trata de tomarse las cosas a la ligera. Al contrario, es darle importancia a lo más importante, que somos nosotros mismos. Vive el momento, allá donde te encuentres. No esperes para ser feliz. Hasta en el trabajo se puede.