Filosofía LI TDN

A más de uno le sonará a chino el título. Sin embargo, sé que hay otros lectores que, ahora mismo, estarán esbozando una sonrisa en sus rostros. Yo también. Pues sí, hoy saco a LI TDN, TDN para los amigos del juego en el que está para hablar de un grupo humano de los que hacen recuperar la esperanza y la ilusión. Porque, aunque puedan catalogarnos como frikis o quizá alejados de la realidad, es algo más que una alianza de IP’s, de pantallas de smartphones. Hay personas detrás de nicks innombrables y de un montón de emoticonos.

Este mes de Septiembre hay dos acontecimientos, dos quedadas como suelen decirse que me hacen especial ilusión. Una de ellas acaba de pasar y la otra, será en breve. ¡Y qué ganas tengo de que llegue el momento! ¿Por qué? Una vez más, por el grupo humano. Un grupo que no anula la personalidad de cada uno, sino que hace que vayamos en comun. Así, en la suma de la genialidad de cada uno, se forma un grupo excepcional, de los que hacen que se te olvide todo y que rías con las ocurrencias leídas en el teléfono, aunque los que te rodean no entiendan nada y te tomen por loca. Personas que te llenan el alma, haciendo que la palabra amistad tenga un nuevo significado. Porque se crean lazos que van más allá de plataformas y conectividad. Y por esos lazos, pueden cometerse grandes locuras en estos tiempos inciertos. El menor, escribir un post sobre ellos.

¿Qué es para mi TDN? La verdad es que no es, sino que son. Me explico. Son personas concretas que detrás de unas siglas y sin saberlo, me han devuelto la ilusión por muchas cosas. Son unas damas y unos caballeros del mundo virtual. Pero no es una sociedad paralela, sino que es aumentada, no nos saca de la realidad sino que nos da otra perspectiva, otro conocimiento, que nos recuerda una serie de valores e ideales que parecen perdidos en el tiempo. ¿Es algo diferente? Sí, porque es una sociedad que enriquece, que se rige por algo más que por los valores bancarios. Sin engaños, se sabe que hay algunos que sólo piensan en su beneficio personal, en hacerse notar protegidos por el anonimato virtual. Pero, y debería ponerlo con mayúsculas, También hay buena gente, que no entiende de amiguismos o favoritismos, que piensa que no se pueden conseguir los objetivos a cualquier precio y que en una batalla importa más el comportarse con nobleza que lo que puedas obtener. Gente que juega sin trampas. Algunos veran el juego como un simple pasatiempo y se cansarán pronto, porque la plataforma no tiene unos gráficos ni una metodología espectacular. Otros se cansaran de las normas que se han puesto para formar equipo. Pero otros, serán ellos mismos, veran que se puede ir más allá de lo que tenemos delante y dejarán poso. Gente que pasa por la vida dejando huella, aunque tenga cicatrices. Que consigue sacarte de ti mismo y que con una mirada virtual puedes reconocerlos, a los que ves cara a cara, detrás de una pantalla.

¿Por qué digo que me han devuelto la ilusión? Porque hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto escribiendo como lo hago cuando dejo volar la imaginación y narro historias de ese tiempo. Gracias a ellos, he explorado una forma de escribir que desconocía y que no sabía cómo se me daría. Siempre desde mi pluma, como no puede ser de otra forma, haciendo mis relatos desde mi visión y perspectiva. Es mi sello personal, aunque quisiera, no podría quitarlo. Y así, gracias a ellos, a los que no voy a nombrar; pero que saben de sobra quienes son, me levanto todos los días con ganas de presentar batalla ante el teclado. Quien no ha tenido crisis de escritura, no sabe lo importante que es eso.

También me han devuelto las ganas de apostar por las personas. Tenía claro que hay dos opciones en la vida:

– Piensa mal y acertarás.

– Piensa bien aunque te equivoques.

No todo depende de nosotros, de nuestra voluntad o de nuestras fuerzas para enfrentarnos a las cosas; pero sí que depende la actitud con lo que vemos el panorama. Si piensas mal, acabarás cabreado, viendo cosas que no son, dobles intereses y el corazón se llena de oscuridad, de basura. Pensando bien, pensando en la buena voluntad del otro, se disfruta más, se relativizan las pérdidas y se engrandecen las conquistas. Sé que mi terminología es muy guerrera, pero ya que nuestra vida parece un campo de batalla; prefiero luchar con amigos a mi lado, sabiendo que no les importa si lo hago a pie, a caballo, con armadura o sin ella. Porque las fuerzas de dentro del juego, valen para fuera. Y así, los que son damas y caballeros, se transforman en abogados, maestros, famaceúticos, camareros, panaderos, arquitectos, corredores de seguros y hasta plumillas. Personas que se cruzarían por la calle sin decir nada y que ahora despiertan la curiosidad y provocan sonrisas y otra mirada ante lo que nos rodea. Una vez más, la mirada de otro nos saca de nosotros mismos, nos descubre una cara más de la realidad. Porque todo vale para quien sabe usar los instrumentos para mejorar la vida. Son oportunidades de crecimiento personal.

En unos días, los que somos nicks en una pantalla nos encontraremos en persona. Otros a los que reconoceré y sé que tendré la sensación de haber compartido media vida con ellos. Vienen haciendo mil cambalaches. Por poco tiempo; pero lo vamos a aprovechar intensamente. Se hará corto, seguro. Es el inicio tangible de algo que comenzó como un pasatiempo, como una idea. No hace ni un año que comenzó… ¿Cómo puede pasar tanto en tan poco tiempo?¿Cómo puede unir tanto algo tan simple para el resto de las personas? Es la magia de la comunicación; la gran esencia de la humanidad. ¡Y que no se pierda!

Estos días que quedan para la quedada, iré desgranando la filosofía que late detrás de nuestro grupo. Valores como lealtad, compañerismo, sacrificio, generosidad, entrega, compromiso. Grandes palabras que merecen recuperarse, si es que alguna vez abandonaron nuestra forma de ser y de actuar. Valores que se pueden vivir en nuestras diferentes parcelas. Todo sirve para mejorar como seres humanos. No somos mejores, ni peores, somos nosotros mismos, sin mas apelativos. Y eso es lo importante. ¿Merece la pena? Yo creo que sí y ellos me lo demuestran cada día. Somos nosotros, únicos y lo que no hagamos nosotros no lo hará nadie. Esa en nuestra responsabilidad en la vida, sin agobios, siendo los protagonistas de las circunstancias. Dando por hecho que no somos superheroes, ni dioses olímpicos… pues si nos pinchan, sangramos ;-).

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